El pasado viernes 7 de febrero dieron comienzo los Foros de Consulta para la Revisión del Modelo Educativo, organizados por la Secretaría de Educación Pública (SEP). Ese día se llevó a cabo el primero de un amplio ciclo que abarcará la organización de 18 foros regionales y tres nacionales, uno para cada nivel educativo, los que “en conjunto aportarán los elementos para cumplir con el objetivo de transformar la educación en el país” (Comunicado 024, SEP, 07/02/2014). El periodo de realización de los eventos terminará el 16 de junio. Según lo expresado por el Secretario de Educación Pública, se pretende que los foros sean espacios de expresión para todas las voces y sus planteamientos serán recogidos y sistematizados para la elaboración del nuevo modelo educativo.
Previo al inicio de los foros, dos días antes, el mismo funcionario instaló el Consejo Asesor de la Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo. Este órgano está compuesto por 15 personas, siendo la mayoría especialistas reconocidos por su trayectoria en la materia, los cuales, se subraya, “participarán a título personal y sin remuneración alguna”. Es interesante observar que, dentro del Consejo Asesor, participan algunos académicos que se han destacado por sus posiciones críticas a la reforma educativa del presente régimen. Varios de éstos han señalado que el papel del órgano recién creado será el de “testigo social”. De acuerdo con el Comunicado 021 de la SEP (05/02/2014), los miembros del Consejo tendrán facultades para elaborar las conclusiones de la Consulta con base en las ponencias recibidas en cada una de las plenarias y mesas de trabajo, organizadas en los foros. De ser así, su trabajo será muy importante y muy arduo, pues se espera la presentación de un alto número de contribuciones en los eventos regionales y nacionales. Cabe apuntar que, algunos consejeros han comenzado a aclarar que su papel principal será el de asegurar que los procedimientos de participación se cumplan de acuerdo con lo establecido por la convocatoria y que las relatorías recojan las distintas propuestas. En este sentido, han manifestado que la responsabilidad final de elaborar el modelo educativo, corresponderá a la SEP (Universidad Futura, 08/02/2014). Es de esperar que esta convocatoria a la consulta nacional para la revisión del modelo educativo actual, sea exitosa y no tenga el destino de otras que sólo han servido para legitimar medidas o políticas tomadas de antemano. Ojalá que la participación sea abundante y que los ponentes planteen sin cortapisas sus ideas y propuestas. Asimismo, por la capacidad y trayectoria académica de los integrantes del Consejo, existe la confianza de que puedan recoger, sintetizar e integrar los diversos planteamientos expresados en los foros y que eso constituya el material del que se sirva la elaboración de un nuevo modelo educativo que sea capaz de revertir la desastrosa situación en que se encuentra la educación de nuestro país.
Sin que signifique aquello de “mal de muchos, consuelo de tontos”, el reciente Informe de seguimiento de la educación para todos en el mundo 2013/2014. Enseñanza y aprendizaje: lograr la calidad para todos, publicado por la UNESCO, expresa una honda preocupación por la crisis en el aprendizaje que se observa en gran parte del planeta. Se menciona en este documento que a pesar de los esfuerzos de muchos países por ofrecer la cobertura universal de educación básica, existen todavía 57 millones de niños fuera de la escuela. Pero más aún, la mala calidad de la enseñanza limita el aprendizaje de los que logran ir a algún establecimiento educativo. Se estima que 250 millones de niños—muchos de los cuales viven en ambientes desfavorecidos—no adquieren ni siquiera las nociones básicas de lectura, escritura y matemáticas, las que pudieran ser necesarias para conseguir un trabajo digno. La UNESCO señala que para resolver esta crisis, todos los niños necesitarán tener maestros capacitados, motivados y para quienes enseñar sea un placer, que sepan reconocer y prestar apoyo a los que tienen dificultades de aprendizaje y que estén apoyados, a su vez, por un sistema educativo bien administrado.
Como puede verse, nuestro país no es el único que padece las enormes dificultades de contar con un sistema educativo que ofrezca oportunidades equitativas y efectivas de aprender los conocimientos y habilidades mínimas necesarias para enfrentar adecuadamente los retos del mundo moderno. La responsabilidad recae no sólo en los maestros, sino también en otros actores sociales (funcionarios, políticos, padres de familia, académicos…). Por ello, es insoslayable exigir que la transformación del sistema educativo que se inició hace dos años, realmente signifique la mejoría sustantiva de la educación que se ofrece a los niños, jóvenes y adultos de este país.