En este mes que está por concluir se habrán de cumplir 50 años del triunfo de la Revolución Cubana. La historia de esta saga es harto conocida: la revolución de los barbudos, como en un tiempo se le conoció, fue encabezada por el ahora octogenario Fidel Castro y otros personajes ya legendarios como Camilo Cienfuegos, Ernesto Che Guevara y el actual mandatario, Raúl Castro. El movimiento revolucionario iniciado el 26 de julio de 1953 con el asalto al Cuartel Moncada, logró la victoria el primer día del año 1959. Con ello se puso fin a una serie de regímenes corruptos, cuyo último representante fue el dictador Fulgencio Batista. Éste y los gobernantes anteriores habían convertido a la isla en algo menos que un inmenso prostíbulo, en el cual convivían la opulencia de los oligarcas locales y extranjeros con la miseria del resto de la población.
El triunfante movimiento liderado por Castro dio un vuelco radical a la vida política y la economía del país, al establecer un modelo económico basado en los principios socialistas del marxismo-leninismo. Este acontecimiento, ocurrido en plena guerra fría y en una nación situada a pocas millas de la península de Florida, provocó el inmediato rechazo y las amenazas de Estados Unidos. Más aun por contar con el apoyo explícito de la entonces Unión Soviética. Un conflicto de proporciones inimaginables entre las dos superpotencias estuvo a punto de estallar en la llamada crisis del Caribe. Poco después se llevó a cabo la fallida invasión mercenaria a la Bahía de Cochinos, y desde 1962 se impuso sobre la isla un bloqueo económico que 11 presidentes de EU (incluido el actual) no han querido dar por terminado.
Logros en educación y cultura
Los logros en el terreno de la salud, el deporte, la cultura y la educación han asombrado al mundo. Aunque para sus detractores se hayan exagerado con fines propagandísticos. Desde los años sesenta se echó a andar un amplísimo sistema de salud que ha permitido erradicar casi todas las enfermedades prevenibles y bajar hasta niveles mínimos el índice de mortalidad infantil. En el terreno deportivo, se ha visto a los atletas cubanos ocupar los más altos podios de las competencias internacionales. Su cultura también ha creado manifestaciones magníficas en la danza, la literatura, la pintura y, naturalmente, en la música popular.
Claro que la vida en la isla no es el paraíso ni nada que se le parezca. Los detractores del régimen cubano señalan que se vive en un régimen autoritario (la dictadura castrista), con grandes limitaciones para que la población adquiera los satisfactores para sus necesidades alimenticias y de vestido. El autor de estas líneas ha estado varias veces en la isla y ha podido observar esas carencias, aunque ha notado también que ahí hay pobreza, sí, pero no miseria, y, en general, la gente lleva su vida con mucha dignidad.
Por otro lado, sobresale entre todas estas realizaciones lo que Cuba ha logrado en la esfera educativa. Actualmente, es el país con los mejores indicadores en educación de América Latina y el Caribe. Es bien conocido el éxito de la campaña emprendida a inicios de los años sesenta para acabar con el analfabetismo. Mediante una movilización de grandes contingentes humanosprincipalmente jóvenes, lograron en poco tiempo cumplir con la meta de alfabetizar a toda la población. Respecto de la educación superior, la tasa de cobertura del grupo de edad de 18 a 24 años supera 60 por ciento, una de las más altas de la región. Lo mismo sucede con los índices de titulación en tiempo normal.
Organismos internacionales como la UNESCO, e incluso renombrados investigadores, han constatado los altos niveles educativos alcanzados por la isla caribeña. En el año 2000, Martin Carnoy, profesor de educación y economía por más de 30 años en la Universidad de Stanford, realizó una serie de videos y analizó clases de matemáticas en escuelas primarias de Cuba, Brasil y Chile, además de entrevistar a maestros, directores y funcionarios. Carnoy observó que las clases en Cuba son bien elaboradas, los maestros cubanos están bien formados y las escuelas son administradas responsablemente. Además, pese a la falta de recursos, los alumnos de tercer grado que él estudió tuvieron mucho mejor desempeño en matemáticas, no sólo en comparación con los otros dos países, sino de la mayoría de los estudiantes norteamericanos del mismo nivel que ha observado durante años.
Carnoy enumera otros factores que influyen en los buenos resultados: el gobierno de Cuba pone mucho empeño en la educación y tener buenas escuelas es una prioridad para la sociedad cubana. Asimismo, las escuelas de ese país desarrollan un currículo europeo en matemáticas. La formación de los maestros es controlada de cerca por el Ministerio de Educación, el cual insiste en que sepan bien cómo enseñar. Además, cuando los maestros novatos comienzan a enseñar, sus colegas de mayor experiencia y el director los asesoran durante varios años. Los niños casi no cambian de escuela y en el nivel básico, por lo general, tienen el mismo maestro durante, al menos, cuatro años. Finalmente, Carnoy subraya que si bien faltan libertades democráticas en Cuba y hay grandes carencias materiales, existen, sin embargo, un ambiente seguro, un buen sistema de salud y escuelas que garantizan altos niveles de aprendizaje para todos.