Las cuentas claras y el chocolate espeso. La claridad es a la información como la densidad al buen chocolate: indispensable. Es vergonzoso que se haya tenido que establecer un artículo, en plena Constitución, para obligar a la SEP a que con el INEGI realice un censo de escuelas, docentes y alumnos de la educación básica en el país. Las cuentas no están ni claras: no están. Al parecer el censo avanza, y ojalá tengamos datos confiables sobre rasgos básicos de todo sistema educativo que se respete. Urge.
Comparto un par de casos de transparente opacidad. Entre los artículos que integran al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) del 2012, el décimo indica que, además de otra información, los gobiernos de las entidades federativas deben reportar la lista del Personal Comisionado y ha de publicarla en internet la SEP central. Hay distintos tipos de comisionados: para labores sindicales, por dictamen médico, si se trabaja en alguna unidad administrativa, o bien se realizan funciones distintas a la docencia en el mismo plantel, en un centro de trabajo fuera del sector donde radica su puesto, en otra dependencia, otro plantel o se labora como asesor técnico pedagógico. Se identifica la palabra comisionado con el desempeño de labores sindicales o aledañas pero, como se puede ver, hay varias tipos de comisiones que derivan de la organización de la SEP y sus similares estatales. También cuentan en la cuenta.
Como las sindicales son las más sospechosas, hice un viaje en la red con la siguiente secuencia: página de la SEP; hasta abajo hay una serie de opciones. Una es la del Cumplimiento del Artículo 10º. del PEF 2012. Ahí hay mucha información. A la izquierda encontré una liga: “Lista de comisionados”, y aparecen ordenados por entidad.
Ingresé a la del Estado de México. Basta ver los nombres para advertir que muchos están repetidos. Elegí dos casos: cuando había nada más dos apariciones, y cuando eran 12 reiteraciones del nombre. ¿Se pueden tener dos, o 12 plazas?
Al descifrar las claves, la persona que aparece dos veces y que es la misma dado que coinciden RFC y CURP, no tiene dos plazas, sino que se reportan dos nombramientos: uno es de maestro, y el otro corresponde a su puesto como director de primaria. Está comisionado para labores sindicales. Hay un rubro con el sueldo, distinguiendo si es pago federal o estatal: por la primera plaza obtiene (redondeo cifras) 70 mil pesos, y 41 mil por la segunda. Todo es aportación estatal. Una barbaridad de dinero, pensé. Siguiendo las reglas del oficio, lo localicé, le pedí una entrevista y accedió. En efecto, está en comisión por el SNTE. Como ese día había cobrado su quincena, traía su talón de pagos: 9 mil pesos. ¿Por quincena, maestro? Así es. Si a 111 mil le restamos 18, hay 93 mil pesos volando. Muchos.
En el caso en que aparece 12 veces la misma persona, y ocupa también una comisión sindical, la clave indica que se trata de quien labora en secundaria. No son 12 plazas, sino 12 nombramientos: en cada uno se puede saber por cuántas horas clase se ha otorgado. Al sumarlas, son 30 horas en 11 de los nombramientos, pues en el doceavo no se registran horas. Sumé el salario, que como en el caso anterior es exclusivamente estatal: la cifra es de aproximadamente 68 mil pesos por los 11 primeros nombramientos, y 24 mil y pico al añadir el último: 93 mil. Conversamos: mire, ojalá ese fuera mi ingreso antes o después de impuestos, o siquiera la mitad. Su sueldo llega a 21 mil pesos al mes. Talón en mano. La diferencia: 72 mil. ¿En qué bolsa están, si es que en efecto se desembolsan para pasar a una bolsa que no es la de la persona con la que hablé? Misterio.
Todos los egresos que se dan a conocer provienen del Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB). Si las cifras cuadran con lo que se asigna a los estados, y los profesores no los reciben, hay un boquete enorme: con sólo dos ya hacen falta en la cuenta 183 mil del águila. ¿Bonos ocultos? ¿Recursos mal habidos en otras manos, del gobierno o sindicales? ¿Aviadores? ¿Parientes de un líder? No lo sé. Si así están las cuentas, el chocolate, si acaso, alcanzará a ser agua coloreada por sucia, oscura: no potable. Cuidado.
Aclaración:
Estimados lectores:
Al seguir trabajando con la información en el portal de la SEP sobre los Comisionados, tanto sindicales como burocráticos, advertí que en mi artículo: Cuentas y Chocolate, puede haber un traspié en los cálculos. La información que se aporta por cada estado es trimestral. Aunque la columna de sueldos no lo aclara – si son ingresos mensuales o trimestrales – cabe suponer que se reportan los pagos hechos en el trimestre respectivo con cargo al Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB). En ese caso, es necesario corregir las cifras: para el profesor con dos nombramientos, el sueldo trimestral sería, como dice el artículo, de 111 mil pesos. Su talón de pagos muestra que sus ingresos mensuales brutos, antes de impuestos, son 21 mil. Por tres: 63 mil pesos. La diferencia, entonces, no sería de 93 mil pesos, sino de 48 mil. En el caso de la otra persona, con las aparentes 12 plazas que en realidad son 12 nombramientos, de ser trimestral el reporte y mostrando ingresos brutos, el total es de 93 mil. Revisando los recibos de pago, la cantidad mensual a considerar es de 21 mil pesos. Por tres: 63 mil. La diferencia sería, entonces, de 36 mil pesos.
Sumando ambos casos, bajo la consideración de ingreso trimestral, se reduce a aproximadamente 84 mil pesos (no 183) la diferencia entre lo reportado y lo recibido. Es menos que lo que anoté en el artículo y, de ser así, ofrezco una disculpa tanto a las autoridades de la SEP como a los lectores por este error y a El Universal.
Reitero mi disculpa por haber trabajado comparando meses con trimestres. Las personas a las que entrevisté no tienen ninguna responsabilidad en lo que yo escribí. Sin embargo, el argumento del texto, creo, se sostiene: es menos la cantidad, pero no se entiende la diferencia. El compromiso para fundar lo mejor posible la argumentación en lo que escribo, hace necesaria esta aclaración, y si cabe, en este caso más, pues atiendo a la imprecisión en las cifras oficiales y debo esmerarme, y anotar la posible falla, en las que aporto.