El presidente Felipe Calderón Hinojosa afirma, eufórico, que el sistema de la educación superior mexicano ubica a México como uno de los países que forma más ingenieros en el mundo. Roberto Rodríguez, destacado investigador de la UNAM sobre educación terciaria, publicó en el suplemento Campus Milenio un par de colaboraciones sobre este tema. Tomo, para este texto, algunos datos que aporta, dejándolo exento de toda responsabilidad por lo que proponga quien esto escribe.
En la educación superior, el campo de la Ingeniería y Tecnología (IyT) ha tenido el crecimiento más dinámico en los últimos 15 años. En 1997, era ya la segunda área de estudio a nivel licenciatura en el sistema: 430 mil estudiantes (21% del total). La primera fue Sociales y Administrativas (SyA) con 710 mil alumnos (44% del conjunto).
Una década después, también con medalla de plata, en IyT estudiaban 739 mil muchachos (31% de la matrícula de licenciatura). Pasó de agrupar a uno de cada cinco a casi uno de cada tres. Por su parte, SyA permanece en la misma posición, la primera, e idéntica proporción, con 1 millón 42 mil estudiantes. En esa década, IyT creció 72% mientras que SyA 47%.
Rodríguez muestra que en 2010, el porcentaje de graduados en IyT de México (16.3%) es superior al correspondiente a Brasil, Argentina, Chile y Francia (6.7, 15 y 15% respectivamente). Empatados con España y Corea, con 24% supera la país. Por ello, el presidente, ufano, sostiene que México produce más ingenieros que los países industrializados.
Otra arista del tema la ofrece el empleo de ingenieros: datos oficiales señalan que, del 2006 al 2012, los profesionistas ocupados en el área de ingeniería pasaron de 1 millón 89 mil, a 1 millón 309 mil. Son 220 mil más. ¿Qué se puede coligar de la relación de la matrícula y los titulados con el trabajo? En primer lugar, que es probable que una buena cantidad de los egresados no desarrollen labores acordes a sus estudios, o estén inactivos; sobreproducción.
En segundo, que si vemos la distribución del tipo de ingenierías en la estructura de las ocupaciones, 172 mil de los nuevos puestos, 79%, los aportan las ramas de computación e informática (103 mil: 47%) y 69 mil, 32 de cada cien, los ingenieros industriales.
Consultando a ingenieros con crecimiento de causa, indican que tanto las ingenierías centradas en computación, como las industriales, son más propias de sistemas productivos en que lo que importa es administrar los movimientos y procesos, así como emplear informática para el control de la producción. Son muy buenos la mayoría de estos ingenieros, pero su conocimiento es diferente al de los ingenieros químicos, civiles, eléctricos, electrónicos…Estas especialidades han crecido poco en el sexenio. El incremento de profesionales con ese saber sólido en aspectos que permiten innovar y diseñar productos, significan sólo del 21% del aumento de ingenieros trabajando en el país. Es el modelo de desarrollo, señalan, el que está más necesitado de ingenierías en el sector servicios, que en el sector industrial, pues el país no tiene horizonte de desarrollo orientado a la innovación, sino a la coordinación y ajuste de procesos exógenos, importados.
Hay otro dato crucial: la matrícula en Ciencias Naturales y Exactas, base, o compañía cercana, de las ingenierías más volcadas a la creatividad, la experimentación y menos a la gerencia, no sólo no ha crecido, sino que tienden a la baja: pasó del 3 al 2% del total en 10 años.
¿Récord en la producción de ingenieros? Sí, pero muchos desempleados y la mayoría en posiciones laborales en la rama de los servicios. El tema de fondo es el tipo de desarrollo del país, no la maquila acelerada de certificados.