Primer acto: a mediados de diciembre la SEP anunció que este año se entregarían un millón de becas para los estudiantes del nivel medio superior (600 mil) y superior (400 mil). Se trata de un sistema de becas, se dijo, “más poderoso para evitar la deserción por razones económicas”. En 2012, información oficial mediante, más de la mitad de los estudiantes de las diversas modalidades del bachillerato público en todo el país, 54%, tendrán beca por parte del gobierno federal; en 2011 eran sólo 37%. Notable. Y en el sector público de la educación superior, de un año al otro, el crecimiento será de 20 a 39% de becarios: el doble. Apoyar la permanencia en los estudios fue el argumento. Impecable. ¿Cómo le harían?
Segundo acto: en el Presupuesto Federal para el 2012, quien esto escribe buscó los recursos y modalidades para que estas metas fuesen posibles. La SEP tiene tres grandes programas relacionados con las becas en la educación media y superior. Uno, el Programa de Becas a cargo de la Subsecretaría de Educación Media Superior. Segundo, el conocido Programa Nacional de Becas para la Educación Superior (Pronabes) que se echó a andar desde 2001. Y uno nuevo, por estrenar: las Becas para la Educación Superior y la expansión de la Educación Media Superior, inglés y computación. Vaya nombre. Al primero se le autorizaron 2 mil 500 millones de pesos; al tradicional, mil 500 y, al tercero, 3 mil millones. Las nuevas becas serán de 5 mil pesos para todos, y se pagarán en tres partes. El Pronabes asigna diferentes montos según el ciclo escolar que se curse. Si dividimos tales millones de pesos entre el monto de las becas, y sumamos a los actuales becarios, la cifra se acerca al millón anunciado… ¿Habrá letra chiquita?
Tercer acto: hay dos tipos de programas en el presupuesto. Los que tienen antes de su número la letra U y los que tienen S. Los primeros requieren lineamientos, los segundos reglas de operación. El Pronabes tiene reglas de operación (S028), los otros dos (U018 y U069) lineamientos. No es lo mismo. El acuerdo 629, emitido por el titular de la SEP en el Diario Oficial de la Federación (DOF/01/13/2012) da a conocer los lineamientos del programa que incluye a la media superior, la superior e “inglés y computación”. Aclara que aunque tienen el mismo nombre, habrá lineamientos especiales para el nivel bachillerato, y otros para las becas en la educación superior.
Antes, el 31 de diciembre del 2011 en el mismo DOF (acuerdo 601), ya había anunciado las reglas de operación del Pronabes. ¿Diferencias? Sí. Y no menores. Atendamos a las becas para educación superior: son distintos los montos, pero sobre todo la evaluación, asignación y entrega de los fondos. En Pronabes, el proceder implica establecer comités institucionales, participación de los estados, una entidad coordinadora plural y, claro, el beneficio llegará a nuevos jóvenes hasta el inicio del siguiente ciclo: por septiembre. En el nuevo, que no puede ser adicional al Pronabes, la solicitud es por internet, la Coordinación Nacional de las Becas de Educación Nacional se integra exclusivamente por representantes de la propia SEP, no hay fideicomisos y el anuncio de los resultados será 30 días naturales posteriores al 12 de febrero, cierre de la convocatoria: marzo 13, martes. Se cobrará la tercera parte, mil 666.67 pesos, muy pronto.
¿Cómo se llama la obra? El Pronabes recibe menos dinero: tiene procedimientos participativos pero “lentos” y resultados visibles luego del mes de julio. Las nuevas, que dependen nada más de la subsecretaría del ramo, otorgan beneficios rápido: a buen tiempo electoral. Es positivo que haya becas, y más. Cambiar la estrategia seguida por un mecanismo vertical y veloz para ser eficaz electoralmente es impresentable.
Exención de impuestos por colegiaturas; créditos millonarios para apoyar a las IES privadas; nuevas becas de volada. Todo antes de las elecciones. Urgen votos. Como antaño, se emplearán recursos públicos, con aparente intención educativa, pero orientación de fondo electorera. Un proceder torcido, uno más, en el espacio educativo del segundo sexenio del falaz cambio. Coherente en su desfachatez. ¿La obra? “Pase por su despensa educativa azul”.