Por Patricia Vega y Manuel Gil Antón
A lo largo de su historia, la UNAM ha realizado distintos ejercicios críticos, quizá el más importante sea el documento
“Fortaleza y debilidad de la UNAM”, con el que el entonces rector, Jorge Carpizo, dio paso en 1986 a una serie de reformas, algunas llevadas adelante, otras truncadas por la burocracia y el inmovilismo.
Ahora, en el centenario de esa institución educativa, la más importante de toda Iberoamérica, emeequis solicitó al especialista en educación superior Manuel Gil Antón que realizara un ejercicio similar, pero acotado a cinco puntos. Cinco fortalezas y cinco debilidades que Gil Antón plantea en forma de binomios inseparables.
Les presentamos aquí el resultado
Autor de diversos libros y artículos que desarrollan sus líneas de investigación, Manuel Gil Antón, especialista en educación superior y profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, parte del supuesto de que “todo defecto es una virtud exagerada” para, de ahí, proponer las que, a su juicio, son las cinco principales fortalezas de la UNAM. Cinco virtudes que, de manera paradójica, pueden convertirse en sus cinco principales debilidades. Cinco entre muchas otras:
Fortaleza: la UNAM tiene, por el lado luminoso de la luna, una enorme diversidad de áreas de conocimiento que atiende en: a) varios niveles de estudio: bachillerato, licenciatura, posgrado… b) distintas modalidades: presenciales, a distancia y abiertas… c) diversos campus por la ciudad y el país.
Es decir, sin duda es la universidad mexicana más rica en la diversidad de disciplinas, planes de estudio, programas de investigación del país, pero…
Cinco fortalezas y Cinco debilidades de la UNAM
A lo largo de su historia, la UNAM ha realizado distintos ejercicios críticos, quizá el más importante sea el documento “Fortaleza y debilidad de la UNAM”, con el que el entonces rector, Jorge Carpizo, dio paso en 1986 a una serie de reformas, algunas llevadas adelante, otras truncadas por la burocracia y el inmovilismo.
Ahora, en el centenario de esa institución educativa, la más importante de toda Iberoamérica, emeequis solicitó al especialista en educación superior Manuel Gil Antón que realizara un ejercicio similar, pero acotado a cinco puntos. Cinco fortalezas y cinco debilidades que Gil Antón plantea en forma de binomios inseparables.
Les presentamos aquí el resultado;
Debilidad: dada la diversidad, variedad y diferenciación, la UNAM tiene una tendencia inevitable, pero que es preciso considerar, a que esta diversidad propia de una universidad se convierta en desigualdad, y lo es: a) las condiciones de trabajo y los ambientes de aprendizaje en las prepas son diferentes y desiguales entre sí, como lo son con algunos CCH… b) lo mismo ocurre entre facultades: ingeniería es muy diferente, en cuanto a dotación de recursos e instalaciones, a otras facultades, y c) igual problema se observa entre facultades e institutos de investigación: en derecho, los muchachos de los primeros semestres toman clases en salones para 50 personas, repletos con 95, de pie o sentados en el suelo… mientras que en los institutos los estudiantes de posgrado tienen otras condiciones, incomparables.
La diversidad es propia de las universidades importantes, como lo es la UNAM, pero la desigualdad de oportunidades de estudio que contiene, o la incomparable dotación de espacios para el desarrollo académico que viven bajo el mismo rótulo – UNAM–, es una debilidad: hay muchas UNAM; si es por diversidad es un patrimonio, pero si es por desigualdad, es un lastre.
Fortaleza: en la UNAM se realiza buena parte de los proyectos de investigación del país, y se hacen de manera notable los mejores, sin duda: a) sobre todo, se realizan las indagaciones en ciencias, ciencias aplicadas y humanidades que las instituciones privadas –muy apreciadas por la movilidad social que prometen– ni siquiera consideran necesarias: están dedicadas a la reproducción de elites económicas y no al avance del conocimiento nacional, pero…
Debilidad: la enorme importancia de la investigación no puede destinar a la docencia a un lugar que no importa, al que se atiende de manera masiva y sin cuidado: a) el mejor ejemplo es que la impresentable huelga que duró cerca de un año detuvo la docencia, la cerró; mientras tanto, los profesores que investigan no tuvieron (casi) ningún problema para seguir trabajando; b) ¿es buen signo para la actividad docente que los profesores de tiempo completo y que investigan puedan seguir trabajando aunque la universidad esté cerrada? Ahí se encuentra una debilidad.
Fortaleza: por la tradición centenaria de la UNAM, y por su carácter nacional, esta casa de estudios juega un papel muy importante como interlocución con el poder político: a) un buen indicador de esta fortaleza es la posición en defensa de los jóvenes que ni estudian ni trabajan por parte del rector José Narro, mientras la SEP menospreciaba su número. Son millones decía la UNAM, cientos de miles, decía la SEP. Al final, la SEP cede y reconoce su error. La defensa de la necesidad de atender a los jóvenes gana, y enhorabuena, pero…
Debilidad: en ocasiones la UNAM sigue considerando que es “La Universidad”, “La Única”, “La Grande”, “La Mejor”…
No tanto su actual rector, el doctor José Narro, más sensible a la diversidad del sistema educativo superior en México que el anterior, pero muchos colegas de la UNAM se consideran “los universitarios” sin reconocer que el tiempo ha cambiado: a) ya no es “La Única”, aunque es una institución educativa muy importante; ya no es la única conciencia crítica de la nación, lo es junto con otras instituciones universitarias y extrauniversitarias; ya no debe ser rehén de su historia y ha de reconocer algún día que, a pesar de su enorme importancia en el desarrollo nacional, hay un refrán que debe refrenar sus declaraciones y auto percepciones: “elogio en boca propia es vituperio”, y, en el caso de la UNAM, innecesario.
Fortaleza: si observamos a la UNAM por sus indicadores “de calidad” la encontramos muy bien dotada: muchos profesores son parte del Sistema Nacional de Investigadores, lo son de otras entidades nacionales e internacionales que le dan prestigio. Y reitero que publican mucho, reciben premios y contribuyen a ubicar a la institución en buenos lugares en los rankings internacionales, y a) esto es, en principio, positivo, pero esperable dado que es la institución de educación superior mejor dotada del país, pero…
Debilidad: si nos quedamos en los indicadores, sería como considerar que el auto va tan rápido como un odómetro (velocímetro) mal calibrado: parece ir a 80, pero en realidad va a 40, y eso es porque a) los indicadores son tales, indican, pero se vuelven virtuosos cuando –como ocurre con frecuencia, pero no siempre– inciden en el enriquecimiento de los ambientes de trabajo y estudio; b) de sólo quedarse como recursos huecos, blasones que no se ponen al servicio de la comunidad estudiantil, como todas las demás instituciones en México, se corre el riesgo de confundir la realidad –la velocidad– con lo que marca la aguja, cuando la aguja no indica la aplicación de los grados y premios, sino sólo su tenencia. Ese es un riesgo, y no menor.
Fortaleza: la UNAM es nacional, y lo es por tradición, pero el carácter nacional no puede ser, hoy, el mismo que el que fue en su creación en 1910, ni el de la mitad del siglo XX, ni el de entre siglos: lo nacional se redefine, y en la democracia ha de ser sinónimo de solidaridad con el conjunto de instituciones de la nación, dado que ya no es la universidad a la que todos asisten. Y en el siglo XX tampoco lo fue. a) Sin embargo, de la UNAM viene mucha de la mejor influencia universitaria en las instituciones estatales; de ahí surge la mayoría de los actuales profesores de las universidades en las entidades de la república o, al menos, de ahí surgieron para fundar otros grupos. Es y ha sido generosa y eso es una fortaleza innegable, pero…
Debilidad: la UNAM, es, como dice la canción de Ana Belén, “a veces madre, quizá madrastra”. Una manera de ser solidaria lo es en su expansión territorial, llegar y aliarse con las instituciones estatales. No arribar y hacerse tan especial, sin integrarse al entorno universitario de la entidad de referencia. Ser la UNAM, ser de la UNAM es un razonable privilegio, pero tan meritorio como el que se realiza para intentar mejorar las actividades académicas en un estado como Chiapas. De no comprender esta tendencia, lo que se hará es ampliar la brecha en la desigualdad entre instituciones, verdadera segmentación que es concomitante, al parecer, con la desigualdad social.
PostData
Con la distancia crítica que le permite el no ser estudiante, profesor, trabajador o funcionario de la UNAM, Manuel Gil Antón concluye el eje articulador de sus reflexiones:
“Si toda debilidad es un ejercicio desproporcionado de una fortaleza –argumenta–, la UNAM, de cara al siglo XXI, tendría que cultivar sus fortalezas y procurar no sobrepasarlas para convertirlas en debilidades.
“La generosidad mejor que el aplastamiento; la altitud de miras ante el sistema, y no ser o sentirse aparte de las demás; una UNAM para el siglo XXI es una universidad en un contexto democrático y plural, no la institución monolítica propia de los tiempos de un partido único, de una central obrera única, de todo único, grande y máximo”.