Lunes temprano. Apenas ayer. Es Lujambio quien va a Educación. A bote pronto, como en el futbol, las ideas toman la vereda de asuntos importantes: ¿cómo se relaciona la salida de Vázquez Mota con la designación del Presidente? ¿Castigo, premio, estrategia para colocar el eje de su política en el Congreso más que en el gabinete? ¿No que iba a ser Romero Hicks? ¿Hay acuerdo, desacuerdo, ruptura o negociación, desde otras condiciones, del Ejecutivo con el mayor obstáculo para la reforma educativa, el SNTE? ¿Se tocará al hermano gemelo de esta piedra en el camino, es decir, al contubernio construido durante décadas con sectores amplios de la SEP? ¿Es verdad que en el SNTE se decía el domingo: “La sacamos, por fin lo logramos”? ¿Qué opina, dónde andará, cómo tendrá el ceño la cara de la gran operadora política nacional que también trabaja como dirigente sindical y, de manera vitalicia —si no hacemos algo pronto—, es jefa de un aparato de poder cuya lógica no es, ni de lejos, educativa? ¿Ha llegado el fin de su ejercicio como secretaria informal, pero muy real, de educación pública en el sexenio o sólo atempera su influencia? ¿Decidió Calderón por el amigo más que por el técnico o sagaz político? De todas estas cuestiones han de encargarse los que de ello saben.
Hay una veta un tanto distinta que proviene, más que del análisis político, fascinante, del trabajo de análisis y crítica del proceso educativo. Alfonso Lujambio fue comisionado presidente del IFAI. De ello se sigue, en buena lógica, que sabe, le importa, valora y ha impulsado el acceso a la información pública, bien llamado el “derecho de derechos”, pues resulta cimiento de la transparencia y herramienta ciudadana para exigir la rendición de cuentas no como un favor de la autoridad, sino como su obligación en un régimen democrático.
En la SEP hay opacidad, y no poca. ¿Qué hay del dinero para Enciclomedia? ¿Ya se evaluó y con qué resultados su ejercicio en las aulas? ¿Cómo es posible que haya ese “salón de clases del siglo XXI” si se reconoce ahora que 33 mil escuelas están en pésimas condiciones?
Recordemos la Alianza por la Calidad de la Educación: ¿que ya no se vendan plazas? Bien, pero ¿qué ocurre con los que en lo oscuro o a plena luz del día, tanto personeros de la SEP como del SNTE, controlaron ese mercado y se enriquecieron por décadas? ¿Persistirá la impunidad? ¿No a la venta de puestos de trabajo, pero sí a la transacción de favores electorales por una subsecretaría vital, la de la escuela básica a la que asisten (casi) todos los mexicanos? Sin consecuencias. Evitar que se otorguen plazas a las jóvenes maestras a cambio de favores sexuales (Elba Esther dixit), claro que sí; pero cabe preguntar ¿por qué no hay ni hubo consignaciones ante la justicia para los que hicieron o toleraron esos delitos? Impunidad de nuevo. ¿dónde fueron a parar los recursos para mantener la infraestructura escolar durante años? No basta que se celebre, en la alianza, que ya se van a reparar, “sólo dennos unos meses para hacer el listado de los peores planteles...”
¿Y el monto, destino y claridad en el empleo de las cuotas sindicales? No se vale, pues abona a la opacidad, argumentar la autonomía sindical para escatimar su divulgación. Si esas cuotas son una proporción del salario de los profesores y empleados de la educación, y esos pagos se hacen con dinero fiscal, que aportamos todos, ¿no se trata de un asunto de información pública? Se puede debatir, pero no quedarnos callados y reír por el asunto de las rifas... para que con las ganancias se reparen ¡10 escuelas!
¿Lujambio a la SEP significa transparencia en la SEP? En los cambios en el gabinete, lo políticamente correcto es curarse en salud con el clásico beneficio de la duda. Creo que estamos ante un escenario que puede ser, ojalá lo sea, distinto: no conceder tal beneficio no es necesario, sino exigir coherencia al nuevo titular de la secretaría y cambiar la pregunta en demanda civil. Señor secretario Lujambio: transparencia en la SEP. No es todo lo que se requiere, sólo es crucial para que lleguen vientos y tiempos nuevos. Urgen.