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Humberto Muñoz García

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Contar con un Plan de Desarrollo

Muñoz-García, H. (mayo 09, 2024). Contar con un Plan de Desarrollo. Suplemento Campus Milenio. Núm. 1043. 2024-05-09

1. Estamos en un punto histórico que alienta la posibilidad de un cambio. Se trata de que exista un sujeto que organice y gane fuerza polí-tica para romper los profundos desajustes sociales que ha traído la persistente desigualdad, una sociedad de posibilidades limitadas de progreso personal, sin condiciones para una convivencia social gratificante, invadida por la violencia del crimen organizado, falta de empleo decente para las grandes mayorías, trabajos profesionales mal pagados, carencia de políticas públicas que hagan coherente la educación con la realidad social, individualismo que impide la existencia de identidad colectiva, desarticulación de los mecanismos de cohesión social y, no por último, una crisis política donde gobernantes y opositores no consiguen trazar y proponer la dirección o el modelo de desarrollo que pueda seguir la sociedad para que los habitantes de este país puedan tener claro el rumbo, tengan paz y actúen para acabar con las insuficiencias, la discriminación y exclusión, para que se movilicen en defensa de los derechos básicos.

En este contexto están ubicadas las universidades públicas del país. Agregaría el mal trato y la falta de visión del régimen sobre la importancia que tiene la educación universitaria, justo para salir de la crisis. Se necesita el mejor funcionamiento posible de las universidades públicas y autónomas que se han construido en México, con mucho esfuerzo y compromiso de quienes trabajamos como académicos en ellas.

2. Me referiré ahora a la UNAM, donde comienza a operar un nuevo rectorado que ha presentado a discusión un Plan de Desarrollo Institucional (PDI) 2023-2027. Considero, de entrada, que es importante contar con dicho instrumento, el cual indica hacia dónde se va a impulsar el cambio institucional. Quienes hayan revisado el documento habrán caído en cuenta de que están consideradas todas las dimensiones institucionales que forman la organización, y que se propone elaborar proyectos para la mejora académica; un punto medular para dar seguridades a la comunidad universitaria sobre lo que viene.

El PDI propuesto puede ser un instrumento valioso para reconstruir las relaciones sociales entre los actores que forman la comunidad universitaria. Eso significa que es necesario estimular la interacción entre ellos. Que los profesores puedan atender a sus estudiantes fuera de clase, que los investigadores tengan tiempo para ir a dar clases, prepararlas, leer y calificar trabajos, tiempo para la docencia fuera del aula sin la presión absurda de publicar o perecer, que los profesores tengan tiempo para investigar con fines docentes, traer a clase lo nuevo en su materia.

En fin, recuperar el poder de la autoridad académica en la práctica de la docencia y la investigación. Un poder necesario para reconstruir la fuerza del ethos académico, los valores universitarios, como eje ordenador para el desarrollo de los proyectos contenidos en el PDI. Cumplir con la producción de profesionistas muy bien formados y comprometidos con el desarrollo de la sociedad, producir conocimiento para el bienestar social, erigirnos como lo que somos, fuente del saber.

La organización de la universidad requiere la existencia de un buen rectorado, que la conduzca al cumplimiento de los principios y fines institucionales, con eficacia y eficiencia en la cuestión directiva para que resuelva los problemas que frenan y debilitan a la universidad, que se conduzca por medio del ethos académico, para que gane legitimidad y establezca acuerdos con la comunidad que brinden gobernabilidad.

Como se marca en el PDI de la UNAM, que tome medidas para descentralizar y desconcentrar, eliminar el desencanto provocado por la burocratización, soltar y encauzar la energía intelectual de académicos y estudiantes, estimular los vínculos intergeneracionales, contar con un discurso que mueva a la comunidad en pos de la mejoría institucional. El objetivo es reestructurar la Universidad para que su prestigio y fortaleza le permitan defender cualquier embate a la autonomía. En suma, la operación del PDI nos debe abrir opciones de futuro y renovar el hábito de la utopía (Gilabert).

3. Nuestra Universidad está en todo el país. Las Escuelas Nacionales de Estudios Superiores juegan actualmente un gran papel, para dar presencia a la UNAM, si consiguen en efecto adquirir raíces locales y regionales, como parte de lo nacional. Descentralizar y desconcentrar, cultivar planes y programas de estudios que representen una alternativa docente a las ofertas de las instituciones locales. Realizar investigaciones que produzcan conocimiento pertinente para el desarrollo local va a ayudar con el propósito de ubicar a la UNAM en el entorno local.

4. En medio de la polarización y la desintegración, la ruptura del tejido social, en la que estamos inmersos los mexicanos, la UNAM puede ser un ejemplo de restructuración y renovación que abra esperanzas nuevas a la Nación. Necesitamos estar convencidos de esta tesis y apoyar para que el PDI, con las sugerencias de la comunidad, pueda llegar a una nueva versión y cumplirse a cabalidad.




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