De cara al proceso de sucesión en la Rectoría de la UNAM, es indispensable que la Junta de Gobierno (JG) de esa institución tenga una actitud de mayor sensibilidad y transparencia frente a su comunidad, para lo cual sólo se requiere mostrar voluntad política, en vez de tomar decisiones en lo oscurito, sostuvo el director general de Evaluación Institucional de la universidad, Imanol Ordorika.
Alertó que la máxima casa de estudios del país se rige por una Ley Orgánica de hace casi 80 años, lo cual la hace incapaz de resolver desacuerdos internos de manera ordenada, y ha generado una escisión entre autoridades, maestros y alumnos. En entrevista con motivo del doctorado honoris causa que recibirá este viernes por parte de la Universidad Veracruzana (UV), el especialista en sociología de la educación hizo un balance del estado actual de la UNAM y presentó diversas propuestas para que el organismo rinda cuentas en temas tan importantes como el nombramiento del próximo rector.
Para Ordorika, uno de los dirigentes del movimiento del Consejo Estudiantil Universitario de 1986-1987, la UNAM vive un momento muy contradictorio, pues al mismo tiempo que es una institución de enorme solidez, que forma a miles de profesionistas y realiza investigaciones en todas las áreas del conocimiento, su estructura sufre de una rigidez que le impide hacer cambios necesarios. Dirigirla con una legislación de 1945 imposibilita canalizar desacuerdos y resolver problemas, lo cual suele desembocar en el surgimiento constante de paros estudiantiles, lamentó.
A lo anterior, se le suma que el proceso de enseñanza-aprendizaje en la institución ha evolucionado muy poco a lo largo de décadas, cuando hoy se requieren formas más dinámicas y atractivas de dar clase. Lo anterior obedece en gran medida a que la UNAM privilegia la investigación y considera a la docencia y el estudiantado como un mal menor, un área problemática a la que no se le conoce bien y se le tiene miedo.
Además, la universidad sigue presentando una gran brecha salarial entre profesores de asignatura y de tiempo completo; sigue sin resolver el fenómeno de la violencia y la desigualdad de género, donde las autoridades hacen como que hacen, y ha dejado de participar en el debate y análisis de los grandes temas nacionales.
“La UNAM está en una encrucijada, en un momento de cambio imprescindible que debe ocurrir desde adentro, pero la renovación de rector es un proceso basado en la Ley de 1945, donde 15 personas (la Junta de Gobierno) van a decidir ‘en lo oscurito’; por eso tenemos que exigirle que tenga sensibilidad”.
El docente e investigador propone que los candidatos al puesto expongan sus ideas y las debatan públicamente con otros aspirantes; que la Junta de Gobierno transmita sus sesiones y elabore minutas de las mismas, sobre todo de aquellas donde entreviste a los aspirantes a la Rectoría y decida quién de ellos será designado en el cargo. De aquí a agosto (cuando aparecerá la convocatoria para nombrar al nuevo rector) hay mucho tiempo para preparar estas cosas. No son todo lo que quisiéramos, pero son un paso en la dirección correcta y no van en contra de ninguna legislación universitaria. Sólo requieren de voluntad política de la JG, recalcó.
El doctorado honoris causa de la UV a Ordorika será entregado el viernes a las 17 horas en el Museo de Antropología de Xalapa, en la inauguración de la Feria Internacional del Libro de dicha universidad.