A mediados de mayo de este año tuvo lugar en Londres, Inglaterra, la junta bianual de los ministros responsables de la educación superior en los países que forman parte del Proceso de Bolonia. Esta fue la cuarta reunión interministerial a partir de la celebrada en Bolonia, Italia (1999), que inició formalmente el proceso de integración universitaria y precisó sus objetivos constitutivos. Sucesivas conferencias han ocurrido en Praga, República Checa (2001), Berlín, Alemania (2003) y Bergen, Noruega (2005). El calendario de las interministeriales relacionadas con el Espacio Europeo de la Educación Superior (EEES) se cierra en 2009, en Lovaina, Bélgica, al cumplirse la década prevista para instalar el espacio.
La importancia de las interministeriales radica en ser el ámbito por excelencia para la síntesis y ponderación de avances, la toma de acuerdos regionales, la expresión de compromisos nacionales y la redefinición de los objetivos y metas del proceso. En esas reuniones, además, procede la admisión de nuevos países al EEES. La lista de objetivos definida en Bolonia se limitaba a seis: la legibilidad y comparabilidad de los títulos universitarios, la adopción de un sistema basado en dos ciclos de estudios (grado y posgrado), el establecimiento de un sistema común de créditos, la promoción de la cooperación universitaria en la zona europea, la promoción de la movilidad académica y estudiantil, y la promoción de la dimensión europea en el currículum universitario.
En Praga (2001) se ampliaron tales propósitos al incluir temas del aprendizaje permanente y convocar a la participación activa de las universidades y los estudiantes en la construcción del EEES. En Berlín (2003) se establecieron como prioridades los esquemas de garantía de calidad (evaluación y acreditación), la adaptación estructural y normativa de los estudios en el sistema de grado y posgrado, y la consolidación de los procedimientos de reconocimiento de títulos y periodos de estudio. En Bergen (2005) se enfatizó la importancia de interrelacionar los sistemas de educación superior y de investigación científica y tecnológica a través del impulso a la formación de doctorado (sistema de tres ciclos), así como fortalecer la dimensión social del Proceso de Bolonia, especialmente en los aspectos de cohesión social, vinculación productiva y empleabilidad. Además se añadió como objetivo la proyección del EEES a otras zonas del mundo.
Las reuniones interministeriales son alimentadas por estudios y reportes de seguimiento. Esta labor es coordinada por el Grupo de Seguimiento de Bolonia (Bolonia Follow-up Group, BFUG), en el cual participan representantes de los ministerios nacionales y de la Comisión Europea. Al respecto destaca el proyecto Tendencias en las Estructuras de Aprendizaje de la Educación Superior, también conocido como Trends, bajo la responsabilidad conjunta de la Confederación de las Conferencias de Rectores de la Unión Europea (CRE) y la Asociación Europea de Universidades (EUA). La serie Trends se ha publicado en forma bianual a partir de 1999 y reporta los procesos de implementación de los acuerdos aprobados en las interministeriales.
Además, el espacio interministerial ha resultado clave para atender las relaciones entre el Proceso de Bolonia y otros mecanismos de articulación regional como, por ejemplo, los relacionados con la educación tecnológica -Proceso de Estocolmo-, el crecimiento y la competitividad de la economía europea -Proceso de Lisboa- y la imbricación entre el EEES y el Espacio Europeo de Investigación Científica.
En la reunión de Londres, aparte de un recuento de avances conseguidos a ocho años de iniciado el proceso, se señalaron los principales retos para consolidar sus dinámicas de cambio. Sobre movilidad se indicó la existencia de limitaciones tanto financieras como normativas (principalmente los requisitos de visado) para ampliar la escala conseguida. También se enfatizó la importancia de mejorar la flexibilidad curricular para estimular la movilización de estudiantes en el espacio europeo. Sobre el sistema de tres ciclos se subrayó el reto de mejorar, por un lado, la descripción de competencias académicas y laborales de cada ciclo y programa y, por otro, hacer más fluida la progresión entre los ciclos eliminando las barreras que prevalecen.
Sobre el tema de reconocimiento se hizo notar la urgencia de que todos los países participantes ratifiquen la Convención del Consejo de Europa y la UNESCO sobre reconocimiento de calificaciones y competencias (Convención de Lisboa) y adapten sus normas y estructuras nacionales al efecto. Además se insistió en apoyar la acción de las redes ENIC/NARIC que comunican a los centros nacionales de reconocimiento de estudios y títulos para facilitar la convergencia europea en ese aspecto.
Asimismo se reconoció el avance logrado en la línea de implementar procedimientos de acreditación en cada país mediante agencias gubernamentales y no gubernamentales. No obstante, se insistió en la necesidad de transitar hacia un esquema regional integrado. Al respecto se encomendó al Foro Europeo de Aseguramiento de Calidad, constituido en 2006 con la participación de cuatro instituciones europeas interesadas en la materia (EUA, ENQA, EURASHE y ESIB), que trabaje en el sentido de establecer un marco de mutuo reconocimiento de las agencias nacionales de acreditación en el EEES.
Para el periodo 2008-2009 se fijaron como prioridades la consolidación del sistema de tres ciclos y la consolidación de los sistemas nacionales de acreditación y aseguramiento de calidad. Lo más importante, sin embargo, consistió en el compromiso adoptado para construir una nueva agenda de trabajo a partir de 2010. Se acordó que en la siguiente reunión, la de 2009, se adoptarán los términos, objetivos, alcances y plazos de la misma con la perspectiva de delinear el largo plazo del Proceso de Bolonia.