Esta vez ninguna sorpresa contiene el ranking mundial de universidades elaborado en la Universidad de Jiao Tong (Shanghai, China) por el Instituto de Educación Superior de esa institución. De nueva cuenta la lista internacional privilegia a las universidades estadounidenses con las primeras posiciones dejando en un segundo término a las universidades europeas, las asiáticas y algunas de la región iberoamericana.
La Universidad de Harvard repite en el primer lugar, seguida de las universidades de Stanford y Berkeley, en cuarto lugar la Universidad de Cambridge (Inglaterra), en seguida los institutos tecnológicos de Massashusetts (MIT) y California (CalTech), las universidades de Columbia, Princeton y Chicago, y cerrando el top-ten, la Universidad de Oxford (Inglaterra). En el vigésimo lugar aparece por primera vez una institución no angloparlante, la Universidad de Tokio. Además, 37 de las primeras cincuenta posiciones son ocupadas por universidades de EUA y de la lista de las primeras cien el 54 por ciento corresponde a instituciones del mismo país.
Las variables que emplea el ranking de Shangai tienden, por la propia naturaleza de sus indicadores, a favorecer a las universidades del mundo anglosajón. Se toman en cuenta seis elementos: el número de egresados que han obtenido altos reconocimientos académicos (premios Nobel o preseas similares en las disciplinas no incluidas en ese concurso); el número de académicos galardonados con premio Nobel o equivalente; el número de investigadores reconocidos como líderes en su campo en virtud del número de citas académicas recibidas; el número de artículos publicados en las revistas Science y Nature; el total de artículos indexados en el Science Citation Index Expanded y en el Social Science Citation, así como la proporción de académicos de tiempo completo en la universidad respectiva. Cada factor se pondera por un peso decidido por el equipo de investigación y la calificación total se ubica en un lugar o en un rango de posiciones.
Como en años anteriores, únicamente cuatro universidades de habla española o portuguesa figuraron en los primeros doscientos lugares. Estas son, la Universidad de San Paulo, en el rango 102-150, y la Universidad de Barcelona, la Autónoma de México y la Autónoma de Buenos Aires en el rango 151-202. A partir del lugar 203 se agregan varias universidades brasileñas y españolas: De Brasil tres universidades estatales (Campinas, Paulista y Minas Gerais) y una federal (Río de Janeiro). De España, las universidades autónomas de Madrid y Barcelona, las universidades de Valencia, Granada, Sevilla y Zaragoza, y la Universidad Politécnica de Valencia. Por último, la Universidad de Chile.
Aún reconociendo que el ranking de Shanghai mide principalmente el impacto internacional de las actividades de investigación, subestimando tanto la actividad docente como la proyección social de las universidades en su entorno, la clasificación obtenida da indicios de una significativamente mayor fortaleza en ese renglón de los sistemas español y brasileño en el área. El hecho de que sólo una universidad mexicana, contra cinco brasileñas y siete españolas aparezca en el elenco de las primeras quinientas debería llamar la atención sobre el desequilibrio o si se quiere la heterogeneidad del desempeño de las universidades públicas y privadas mexicanas en materia de la investigación con capacidades de proyección internacional. Sin duda, algo tiene que ver este resultado con la escasez de recursos para la investigación científica en el país, pero también con la gestión de los productos de investigación en el plano internacional.
Al observar los puntajes de las universidades iberoamericanas en el rubro de artículos académicos indexados, se advierte una interesante tendencia. La Universidad de San Paulo, que aparece como la institución líder en la región, ha ido mejorando sostenidamente su puntuación desde el 2003, año en que se inició el ranking de Shanghai, de 63.4 puntos a 65.3 puntos. En el mismo periodo, tanto la UNAM como la UBA observaron una tendencia descendente. En 2003 la UNAM obtuvo 50.0 puntos mientras que en 2007 su puntuación fue de 48.5 puntos. Por su parte la UBA declinó de 38.7 puntos en 2003 a 35.7 puntos en 2007. Estas puntuaciones corresponden exclusivamente al factor de artículos en revistas dentro de los índices internacionales ISI-Thompson Scientific. En otros aspectos, tanto la UNAM como la UBA mantuvieron o mejoraron sus calificaciones.
La gran diferencia es que tanto en Brasil como en España se han establecido programas financiados con fondos gubernamentales con el objetivo de lograr una mayor proyección internacional de los productos científicos locales, especialmente publicaciones académicas aunque también patentes de base tecnológica. Vale la pena explorar estos esquemas y estrategias con mayor profundidad.