Como candidato a la primera magistratura de la República, en calidad de presidente electo, y a partir del primero de diciembre con la investidura de titular del ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto ha tomado el tema educativo como uno de los principales motivos de la transformación social que se propone encauzar en su mandato. Al respecto son de particular interés los “compromisos” establecidos en el marco de la campaña presidencial, las acciones perfiladas en el discurso “Mensaje a la Nación” leído en Palacio Nacional el primero de diciembre, así como los “acuerdos” firmados con los partidos PRI, PAN y PRD en el documento “Pacto por México”, un día después de la toma de posesión.
Compromisos de campaña
En los tres meses en que se extendió la campaña presidencial, el candidato de la coalición Compromiso por México (PRI y PVEM) firmó un total de 226 “compromisos” específicos, de los cuales 46 nacionales y el resto de alcance estatal o local. De los nacionales siete corresponden al área educativa y enfocan, principalmente, la necesidad de ampliar y mejorar la infraestructura educativa, así como acrecentar la cobertura escolar en los niveles posteriores a los niveles obligatorios.
El primer compromiso establece la responsabilidad de dotar a las escuelas indígenas del país de “luz, agua, baños, mobiliario, equipo e instalaciones en buen estado.” Se trata, según el enunciado correspondiente, de instalar “escuelas dignas” en todas las comunidades indígenas del territorio. El antecedente de un programa con tal enfoque remonta, no sobra recordarlo, al programa que, con el mismo nombre, llevó a cabo la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) durante la gestión del presidente Carlos Salinas de Gortari en el marco de la política pública denominada “Solidaridad con el bienestar social”. El programa “Escuela digna” de Salinas brindó recursos a más de 120 mil escuelas en el periodo de 1990 a 1994, posteriormente se descentralizó como una de las opciones de aplicación de recursos vía el Ramo 33 del Presupuesto de Egresos de la Federación. ¿El nuevo programa será una redición del esquema salinista, una vía de continuidad con los programas estatales y municipales bajo la misma denominación, una focalización del Programa Escuelas de Calidad en vigencia, o algo nuevo? Habrá que ver.
Los compromisos segundo y tercero establecen el objetivo de alcanzar cobertura universal en educación media superior, y “aumentar al menos a 45 por ciento la cobertura en educación superior”. La sola expresión de metas cuantitativas, como es el caso, dice poco sobre el sentido en que se orientará la política respectiva. ¿Ampliación de infraestructuras existentes, creación de nuevas universidades, renovado énfasis en la modalidad tecnológica, acento en sistemas a distancia? Resulta preocupante, sin embargo, que estas metas ya fueron corregidas, a la baja, en el Pacto por México, en donde se establecen objetivos cuantitativos de cobertura para la media superior del orden de ochenta por ciento, y para la superior de cuarenta por ciento. ¿Por cuáles metas se inclinará el programa sectorial?
El cuarto y quinto compromiso de campaña se refieren a la dotación de computadoras portátiles con conectividad a servicios de Internet. El cuarto compromiso se refiere a todos los alumnos de escuelas públicas que cursen quinto y sexto año de primaria, y el quinto se enfoca a equipos adaptados para estudiantes con discapacidad. Para cumplir este compromiso el gobierno deberá adquirir al menos 4.5 millones de laptops, sin contar las que se destinen a infantes discapacitados, que pueden estimarse entre 20 mil y 40 mil equipos según el tipo de discapacidad que se vaya a considerar. Aparte de los temas de transparencia en los contratos que el programa va a implicar –no hay que olvidar la experiencia de Enciclomedia al respecto-, da la impresión que la medida es correlativa al programa Habilidades Digitales para Todos impulsado, a instancias del SNTE, en el sexenio anterior.
El sexto compromiso de la campaña habla de una política nacional para una escuela libre de acoso escolar (bullying). Sin menoscabar la importancia de esta posibilidad, también se aprecia como una medida de continuidad con programas antecedentes, en particular con el de Escuela Segura, que en los últimos dos años (2011 y 2012) se enfocó, precisamente, al combate del bullying.
El séptimo compromiso establece la meta de crear, cuando menos, cuarenta mil Escuelas de Tiempo Completo en educación básica. Comentario: también a instancias del SNTE la SEP creó el programa de escuelas de tiempo completo. Fue incluido en la Alianza por la Calidad de la Educación, inició en 2007-2008, se han producido materiales didácticos para la modalidad y se ha implantado en cerca de cinco mil escuelas en 15 entidades federativas. Entonces, ¿se trata simplemente de extender el programa existente, o habrá algo nuevo?
Hasta aquí los compromisos de campaña. Continuidad pura y atención a la agenda que ha venido impulsando el SNTE desde su IV Congreso Nacional de Educación (2007) y en el marco de la Alianza por la Calidad de la Educación (2008). En la próxima entrega revisaremos las acciones anunciadas en el mensaje presidencial del primero de diciembre y en el Pacto por México.
Conviene hacer notar que desde ahora, según lo comentó Miguel Osorio Chong al término de la primera sesión del gabinete ejecutivo, la instrucción es que “se vayan instrumentando todas las acciones respectivas a los compromisos que hiciera (el presidente) durante el proceso electoral (El Universal, 4 de noviembre 2012).