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Roberto Rodríguez Gómez

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Planeta patito: El relajo del FIJOV

Rodríguez-Gómez, R. (noviembre 07, 2013). Planeta patito: El relajo del FIJOV. Suplemento Campus Milenio. Núm. 534 2013-11-07

Relajo: Desorden, falta de seriedad, barullo, laxitud en el cumplimiento de las normas.—Diccionario de la Real Academia Española

Que feo. En medio de escándalos políticos y financieros llega a su término el Fideicomiso del Fondo de Apoyo a la Educación y al Empleo de las y los Jóvenes del Distrito Federal, el FIJOV, instituido en marzo de 2011, por la V Legislatura de la ALDF.

Señala la prensa nacional: “Diputados becados, sobrarán 100 millones de pesos que serán repartidos entre los legisladores” (Reporte Índigo, 09/09/2013); “Manifestación estudiantil en la Asamblea Legislativa del DF” (El Universal, 24/09/2013); “Fideicomiso desaparecido: ALDF becó a 17 mil alumnos fantasma” (Excélsior, 22/10/2013); “Falsifican firmas de diputados de la ALDF, desvían 11 millones de pesos” (Animal Político, 28/10/2013); “Fideicomiso de ALDF: se evapora dinero para aulas virtuales” (El Universal, 28/10/2013); “Callan universidades ligadas al desvío” (Reforma, 29/10/2013); “Cruzan acusaciones por desvío en ALDF” (Reforma 30/10/2013); “Piden becas con protesta en Av. Tláhuac” (Reforma, 4/11/2013). Y lo que se acumule.

Desde que inició actividades la nueva legislatura, en septiembre de 2012, el tema del FIJOV, por diversos motivos, resultó incómodo. El programa nació y se desarrolló de la mano de quien encabezó el Fideicomiso en calidad de Presidenta de la Comisión de Gobierno de la ALDF, la hoy senadora Alejandra Barrales Magdaleno. Quienes en su momento cuestionaron la medida sospechaban que el programa habría de servir, principalmente, de plataforma política a la legisladora: una espléndida oportunidad para hacer patente su sensibilidad sobre las necesidades educativas de los jóvenes capitalinos. Los nuevos asambleístas optaron por congelar el programa hasta que se contara con información objetiva y fidedigna de sus resultados.

Entonces salieron a relucir, uno a uno, los problemas que en estas semanas ha destacado la prensa. Primero, que nunca hubo tantos beneficiarios como se indicaba; segundo, que fue un programa con notorio subejercicio de recursos; tercero que, contra lo previsto, el número de solicitudes presentadas fue, en los dos años que duró el programa, muy inferior a lo estimado; cuarto, que se dio el caso de recursos asignados, como las aulas virtuales para la UACM que ni siquiera se construyeron; quinto, que ocurrió al menos un caso de fraude: los gestores del programa, contratados por la ALDF a través del FIJOV, entregaron a cuatro de las universidades privadas participantes aproximadamente once millones de pesos mediante la falsificación de firmas de los asambleístas adscritos al Fideicomiso, acusación que aún está por demostrarse a plenitud.

. En esta columna publicamos en marzo de 2011 la colaboración “¿Voucher escolar en el Distrito Federal?”. En ella expresamos la opinión de que, en todo el mundo, la izquierda se ha opuesto a la solución de subsidiar indirectamente a la educación superior privada mediantes becas a estudiantes que tienen acceso a las mismas. La selección y contrato con instituciones privadas para hacer funcionar el mecanismo dejaba mucho que desear: Instituto de Enseñanza Superior en Contaduría y Administración S.C., Instituto Mexicano de Educación Profesional S.C., Instituto Especializado en Computación y Administración Gauss Jordan S.C., la Universidad Centro Universitario Grupo Sol S.C., Instituto Leonardo Bravo A.C., Colegio Partenón S.C., Universidad del Distrito Federal S.C., Escuela Comercial Cámara de Comercio S.C., Centro de Estudios Superiores Francés-Mexicano S.C., y Colegio Tecnológico de México A.C.

Todas las instituciones tienen programas con Registro de Validez Oficial de Estudios (RVOE) o incorporados ya sea a la UNAM o al IPN. Pero ninguna cuenta con programas acreditados conforme a los requisitos que establece el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES), ni con la “acreditación lisa y llana” que concede la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES). De la lista, ninguna de ellas figuró en el desaparecido portal de la SEP que informaba sobre las IES privadas que cumplían con perfil de calidad satisfactorio.

Se declaran, a efectos fiscales, “sin fines de lucro”, pero cuando se suspendió, a inicios de este año, el pago de las becas a los estudiantes del FIJOV varias de ellas avisaron a los alumnos la probable suspensión de su inscripción en el curso lectivo. También llevaron queja a la ALDF y recibieron como respuesta que los pagos se reintegrarían una vez que entregasen a la Asamblea el padrón de estudiantes inscritos así como el promedio escolar alcanzado, datos que no tuvo el FIJOV mientras operó.

No hay que omitir que parte de los recursos fueron empleados en becas a estudiantes de la UACM, electos por la institución cuando la encabezaba la doctora Orozco, así como en convenios con la UNAM, el IPN y la SEP. Hasta donde se sabe con estas últimas instituciones las cuentas están claras y los recursos han sido empleados para el propósito asignado.

La VI Legislatura aprobó, en agosto de 2013, el cambio de denominación del programa y sus reglas de operación. Ahora se denomina “Programa de Apoyo a la Juventud del Distrito Federal”, sus reglas de operación fueron en septiembre de este año, se emitió la convocatoria respectiva y se acaba de publicar, en estos días, el listado de alumnos beneficiarios: 677 alumnos que suman los del padrón del anterior programa y los nuevos.

Pregunta: ¿No sería mejor que la ALDF dejara de improvisar políticas sociales y dejar hacer su trabajo al Ejecutivo de la Ciudad?




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