El pasado 8 de mayo fue designado nuevo rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México el doctor Hugo Aboites Aguilar. La decisión fue tomada por el pleno del Tercer Consejo Universitario tras agotar el proceso de elección contemplado en la normativa institucional. Aboites cumplirá tal función durante el periodo 2014 a 2018.
Aboites asume la rectoría de la UACM después del interinato de catorce meses en que un profesor emérito de la Universidad Autónoma Metropolitana, Enrique Dussel, encabezó el gobierno universitario. La gestión de Dussel brindó condiciones de estabilidad y normalidad indispensables para la operación del proyecto universitario. No sobra recordar que la rectoría interina fue una salida al prolongado conflicto que se vivió en la UACM en el rectorado de Esther Orozco, cuyo punto culminante fue la parálisis de la institución por más de cien días, de septiembre a diciembre de 2012, y la posterior destitución de la rectora por la autoridad colegiada de la UACM, en febrero de 2013.
En vista de la naturaleza interina de su nombramiento, Dussel perfiló un programa de trabajo centrado en la normalización institucional antes que en el desarrollo de tareas académicas o administrativas particulares. No obstante, desde su discurso de toma de posesión, el filósofo razonó algunos trazos que, a su entender, deberían perfilar la misión académica y social de la Universidad.
En aquella ocasión, Dussel afirmó que la UACM es un proyecto comunitario interdisciplinario. En ese sentido, señaló que el rectorado “debe interpretarse como una discreta institución al servicio interno de la comunidad” e indicó que el cultivo de la interdisciplina se debe caracterizar por una actitud de respecto sobre la diversidad de formas de trabajo de las ciencias empírico-naturales y las disciplinas sociales, “para cumplir con los fines de una equilibrada universidad pública”. También se refirió a la necesidad de conseguir en el entorno de la UACM una adecuada articulación entre docencia e investigación, y al cultivo de enfoque educativo centrado en los valores del compromiso y la responsabilidad de la institución con el entorno.
Al término de su mandato, el rector Dussel hizo mención de los principales retos de la institución en el futuro inmediato: “La reglamentación, la legislación, el cuerpo de derecho que rige la universidad está atrasado, es muy pequeño, no es suficiente para dar legitimidad a la institución. Nos falta el reglamento de personal académico, administrativo, estudiantil. Si no hay reglamentación, entonces la legitimidad es débil y por eso le conflictos son más difíciles de arreglar". (Milenio, 8 de mayo de 2014).
El déficit normativo, tema al que los rectores previos —Manuel Pérez Rocha y Esther Orozco— habían apuntado como un obstáculo central para apuntalar cualquier proceso de desarrollo académico en la UACM, es sin duda uno de los principales a enfrentar por la rectoría entrante. Pero no es el único, naturalmente.
Quizás el primer tema a resolver corresponde al perfil político de la rectoría. Puede plantearse como un dilema, en los siguientes términos ¿Qué figura de rector es la más adecuada para la realidad actual de la UACM: la de un coordinador que abra espacios y oportunidades a la diversidad de grupos, poderes, enfoques y proyectos presentes en el ámbito institucional, o bien la de un liderazgo protagonista que haga valer el ideario básico de la institución por encima de las diferencias entre actores?
Otro de los retos urgentes se relaciona con la condición en cierto modo autocrática en que se ha desenvuelto la UACM. No cabe duda que la autonomía universitaria, de la que goza la UACM, impone derechos y obligaciones de autogobierno y de un régimen académico interior definido de acuerdo a las características y condiciones de la propia institución. Pero, llevadas las cosas al extremo, los riesgos de aislamiento y endogamia limitan opciones de desarrollo. ¿Debe o no la UACM participar de los fondos, programas, redes y actividades impulsados por la autoridad educativa federal? Es un debate pendiente.
Otros puntos salieron a relucir en la campaña por la rectoría. Tanto Aboites como su contrincante, el doctor Sebastián Ibarra, plantearon diversos asuntos de importancia: reforzar la infraestructura de la institución, revisar los términos laborales del personal administrativo, mejorar las condiciones para el desempeño estudiantil, revisar el régimen de evaluación vigente, entre otros. Aboites, además, hizo énfasis en la importancia de emprender tareas de extensión y difusión cultural en múltiples puntos del Distrito Federal para que la ciudadanía aprecie el significado del proyecto educativo y social de la UACM.
Por otra parte, aunque los conflictos en la UACM se atemperaron notablemente en los últimos meses, ello no quiere decir que se hayan resuelto para siempre. Sus raíces siguen presentes y la rectoría entrante tiene que desplegar una importante capacidad de interlocución, negociación y fuerza resolutiva para evitar que la disputa por los espacios institucionales se materialice en conflictos abiertos.
Por lo pronto, la reciente decisión de la universidad de despedir al profesor Enrique González Ruiz bajo acusaciones de hostigamiento sexual y laboral puede ser un foco de inquietud en las primeras semanas de la gestión. No es un problema sencillo, requiere dotes de prudencia, firmeza, claridad y justicia. Hay que enfrentarlo de inmediato.