Roberto Rodríguez Gómez

El 4 de agosto se dieron a conocer los primeros resultados de la prueba Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea), elaborada por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y la Secretaría de Educación Pública. La prueba sustituye, a partir de este año, a la anterior Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE) aplicada en la educación básica de 2006 a 2013 y en el nivel de medio superior de 2008 a 2013.

La primera versión de Planea, correspondiente al último año de la educación media superior arrojó resultados de interés aunque, en su mayor parte, poco alentadores. Únicamente 18.5 por ciento de los estudiantes de bachillerato del país se ubican en los niveles de dominio de 3 y 4 en la sección de matemáticas. Dichos niveles se consideran el mínimo deseable en materia de las competencias de conocimiento que deben adquirir los estudiantes del ciclo. Sin ser satisfactorio, el dato mejora en el área de lenguaje y comunicación, en la cual 36 por ciento de los evaluados fue calificado en tales niveles. En matemáticas más de la mitad de los estudiantes (51.3 por ciento) presentan un notable déficit de aprendizaje y comprensión de la disciplina y sus aplicaciones. En lenguaje y comunicación el 43.3 por ciento de los evaluados presenta esa condición deficitaria. Estas proporciones corresponden al subconjunto de estudiantes clasificados en el nivel uno de la prueba.

La difusión de estos datos en medios de opinión pública ha generado una respuesta principalmente crítica. Algo se está haciendo mal en la educación pública y en la privada que ocasiona que prácticamente la mitad de los estudiantes, en el plano nacional, no logra el mínimo de aprendizajes que corresponden al bachillerato.

Quizás el resultado más escandaloso de Planea-MS corresponde a los datos para el Distrito Federal. En matemáticas, sólo el 9.8 por ciento de los estudiantes de la capital se ubicaron en los niveles 3 y 4, lo que sitúa al DF en el último lugar del país y a casi diez puntos de la media nacional. En lenguaje y comunicación la posición del DF es la vigésimo octava y sólo supera a Michoacán, Tabasco, Guerrero y Chiapas. Si se considera que el DF es una entidad completamente urbana y que sobresale en materia de indicadores de desarrollo socioeconómico, el dato de logro educativo es terrible.

El subsecretario de Educación Media Superior, Rodolfo Tuirán Gutiérrez, en la sesión de presentación de resultados, comentó al respecto. “la verdad es que es un asunto que sorprende, sobre todo llama la atención que en los resultados de educación básica normalmente el Distrito Federal está situado en los primeros lugares, cosa que no ocurre en el caso de la Media Superior, nuevamente recurro al tema de la heterogeneidad de subsistemas.” Agregó Tuirán que a la problemática de la heterogeneidad cabe agregar que los estudiantes del bachillerato del Instituto Politécnico Nacional no presentaron la prueba.

Cierto, ni los estudiantes del bachillerato del IPN ni los del bachillerato de la UNAM están presentes en los datos del Planea-MS 2015. Tampoco los de las preparatorias del Gobierno del Distrito Federal. La matrícula de tercero de bachillerato de la Universidad Nacional y el Politécnico es casi tan grande (más de cuarenta mil estudiantes) que el total de alumnos evaluados en esta entidad. Muy probablemente si hubiesen sido evaluados los datos del DF serían otros y mejores.

Pero ello no quita, más bien refuerza, la apreciación de que los subsistemas públicos coordinados por la SEP, principalmente los bachilleratos tecnológicos, presentan pésimos resultados en el DF. Y algo habría que hacer al respecto. Más si se toma en cuenta que precisamente en esos subsistemas se ha seguido al pie de la letra los diseños de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) y del Sistema Nacional del Bachillerato.