Además de la conocida prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA, por sus siglas en inglés), el organismo multilateral gestiona una encuesta sobre prácticas docentes llamada Encuesta Internacional de Enseñanza y Aprendizaje (TALIS, por sus siglas en inglés). La primera aplicación data de 2008, la segunda se hizo en 2013 y en 2018 la tercera, y acaba se ser publicada simultáneamente con los resultados de PISA. Los datos de TALIS, junto con los del cuestionario socioeconómico que incluye el examen a los estudiantes, se proponen generar un marco de referencia que contribuya a identificar factores relacionados con los avances o retrocesos del aprendizaje observado a través de dicha prueba.
Además de ello, la información derivada de TALIS, que es estadísticamente representativa de la escala nacional, permite una comparación internacional de las políticas, procesos y prácticas de la profesión docente. La edición 2018 de la encuesta se explora el nivel de “profesionalidad” de las maestras y maestros que participan en la docencia de estudiantes del último grado de secundaria o primero de bachillerato. Los resultados se estructuran en torno a cinco ejes de análisis: el conocimiento y las habilidades necesarias para la enseñanza; el prestigio percibido de la profesión; las oportunidades profesionales; la cultura de la colaboración entre los profesores, y el nivel de responsabilidad y de autonomía profesional de los docentes y directores de centros educativos.
Los resultados correspondientes a México se asemejan en múltiples aspectos al promedio de los países OCDE, aunque también hay diferencias importantes. Veamos un resumen de los más destacados. La docencia fue la primera elección para el 60 por ciento de los docentes encuestados en México (promedio OCDE, 67 por ciento). Prácticamente la totalidad de las maestras y maestros consultados refirieron, motivos altruistas y vocacionales de su elección profesional: las ideas de contribuir al desarrollo social y en beneficio de la infancia.
La edad promedio de los docentes mexicanos (42 años) es ligeramente inferior a la media OCDE (44 años). La relativa juventud de este conglomerado profesional se expresa más claramente en que solo una cuarta parte del contingente mexicano tiene 50 años o más, mientras que el mismo tramo en el conjunto OCDE es de 34 por ciento. Este indicador significa, entre otros aspectos, que durante la próxima década se tendrá que renovar al menos una de cada cuatro plazas docentes. El promedio de edad de los directivos escolares de nuestro país es de 51 años, dato que es prácticamente el mismo al correspondiente a la OCDE.
Con respecto a la distribución por sexos, en México el 57 por ciento de los docentes en servicio son mujeres, pero solo el 35 por ciento de las plazas directivas son ocupadas por ellas. En contraste, en la región OCDE el 60 por ciento de las adscripciones docentes y el 47 por ciento de las directivas corresponden a mujeres.
Según los resultados de la encuesta, durante su educación inicial, el 80 por ciento de los docentes mexicanos fueron capacitados en el contenido de la asignatura, la pedagogía y práctica del aula, aunque solo 40 por ciento de los docentes reportaron haber participado en algún tipo de inducción formal o informal cuando se unieron a su centro educativo actual. Por otra parte, menos de una quinta parte (17 por ciento) de los docentes de nuestro país indicaron contar o haber contado con un mentor o tutor asignado para apoyarlos al inicio de su trabajo profesional.
En materia de formación continua casi el 90 por ciento de las maestras y maestros de México afirmó haber participado en el último año en cuando menos una actividad de esa naturaleza. Esta proporción es prácticamente la misma que la observada en el promedio OCDE. Para el caso de nuestro país, el 57 por ciento de los encuestados reportó como actividad de formación continua haber participado en cursos o seminarios de diferente temática. Adicional a esta respuesta, un 56 por ciento de los docentes declaró haber participado en capacitaciones basadas en el aprendizaje y observación entre pares, promedio que es significativamente superior al registrado en la OCDE.
En torno a la pregunta sobre el tipo de formación continua que, en su opinión, haría falta promover en México, las y los maestros identificaron dos áreas principales: el manejo de tecnologías de información y comunicación, y la práctica docente en entornos multiculturales / multilingües, así como la enseñanza para estudiantes con necesidades educativas especiales. Entre estas tres áreas, los docentes en México expresaron una mayor necesidad de capacitación en la enseñanza para estudiantes con necesidades educativas especiales.
En general, según se informa en el reporte producido por la OCDE, las maestras y maestros mexicanos mostraron un alto grado de satisfacción con su trabajo y práctica cotidiana, respuesta que es coherente con los resultados de las encuestas TALIS de 2013 y 2018. No obstante, a diferencia de las ediciones previas, y probablemente influidos por el clima de la reforma educativa del sexenio anterior, manifestaron un mayor énfasis sobre la importancia de promover medios de formación continua más efectivos y mejor organizados.