Roberto Rodríguez Gómez

El 9 de noviembre la Junta de Gobierno de la UNAM dio a conocer la designación de Leonardo Lomelí Vanegas para ocupar el cargo de rector a partir del 17 de noviembre. Con ese anuncio concluyó el proceso de selección, iniciado el 21 de agosto con la convocatoria para participar en la contienda. De diecisiete académicos registrados en una primera ronda fueron convocados diez para ser entrevistados por el colegiado. Tras varios días de deliberación, luego contar con al menos diez votos de los quince integrantes de la Junta, Lomelí fue declarado el nuevo “jefe nato” de la Universidad.

La decisión reiteró el empleo de un criterio no formal para la ocupación del cargo: contar con el antecedente de un cargo de dirección por designación de la Junta de Gobierno. En el caso de Lomelí, tal condición se cumplía por haber sido director de la Facultad de Economía de la UNAM de 2010 a 2015, además de fungir como secretario general de la institución de 2015 a la fecha. Será el primer economista en la rectoría universitaria. La mayoría de quienes han ocupado el puesto tuvieron como primer título universitario la licenciatura en derecho o en medicina. Entre abogados y médicos suman 27 de los 34 rectores en la historia de la Universidad. La nómina se completa con tres ingenieros, dos químicos, un biólogo y un sociólogo. Lomelí, además del título de licenciado en economía, cuenta con maestría y doctorado en historia.

En sus primeras declaraciones el próximo rector ha definido su propósito directivo mediante la fórmula de “continuidad con cambio”; también ha afirmado que propiciará un “cambio sin estridencias”, que perseverará en la defensa de la autonomía y en el propósito de desarrollar medios para mejorar la gobernabilidad institucional.

El plan de trabajó que entregó a la Junta de Gobierno como aspirante al cargo de rector para el periodo 2023 a 2027 se organiza en torno a siete ejes de trabajo, en cada uno de los cuales se formulan propuestas particulares. Son los siguientes: 1. Universidad incluyente y al servicio de la nación; 2. Impulso a la carrera académica; 3. Fortalecimiento y renovación de la docencia; 4. Consolidación y apoyo a la investigación; 5. Ampliación de la difusión cultural y la extensión académica; 6. Vinculación nacional e internacional; 7. Administración y gestión institucional.

El primero de esos ejes hace referencia al gobierno de la Universidad, entre las propuestas se indica la necesidad de mejorar la dinámica de los cuerpos colegiados en la planeación y toma de decisiones que corresponden a la actividad universitaria; también se proponen elementos relacionados con la igualdad de género, el compromiso con la sustentabilidad ambiental, así como la prevención y atención a las violencia. Se establece, asimismo, el propósito de ampliar las becas universitarias, promover la salud de las comunidades y fortalecer la red digital de la institución en beneficio de académicos y estudiantes. Por último, se indica como una prioridad propiciar la reflexión, la investigación y el debate sobre problemas nacionales de relevancia.

Como medidas de impulso a la carrera académica, el plan propone la revisión y actualización del Estatuto del Personal Académico, la continuidad del Programa de Renovación de la Planta Académica, el desarrollo de un programa de superación académica y actualización docente, así como la implementación de medidas para promover la estabilidad y la carrera académica de los profesores de asignatura.

Varias medidas se sugieren en el plan para el fortalecimiento de la función docente. Una solución concreta, referida al bachillerato, es la creación de una coordinación general de ese nivel de estudios. También se propone la actualización de los planes y programas de licenciatura, así como el incremento de la oferta académica mediante la posible creación de nuevas sedes fuera de la Ciudad de México y el aprovechamiento de tecnologías de educación a distancia.

En cuanto a la investigación que se realiza en la UNAM hay varias propuestas; fomentar la interacción entre entidades académicas para la realización de proyectos colectivos; mejorar los criterios de evaluación; fortalecer la infraestructura; diversificar fuentes de financiamiento; fortalecer la relación entre investigación y docencia; llevar a cabo investigación con perspectiva de género, y ampliar la divulgación de resultados de las investigaciones en ciencias y humanidades, entre otras.

Se propone, en materia de difusión cultural y extensión académica, promover una mayor participación de estudiantes en actividades culturales; renovar la radio y televisión universitaria, así como implementar una política de difusión con paridad de género. Por su parte, el eje de vinculación nacional e internacional propone ampliar la vinculación tanto con el sector productivo como con organizaciones sociales y gobierno. En el eje correspondiente se indica la posible creación de un Consejo de Internacionalización que coordine las actividades de intercambio y cooperación de carácter internacional. Por último, el eje de administración y gestión establece propósitos de descentralización y simplificación administrativa, de las relaciones con los sindicatos universitarios y de la planeación de infraestructura a largo plazo.

El plan de trabajo presentado como candidato es un germen de lo que deberá contener el programa de rectoría para los próximos años. Es probable, sin embargo, que su estructura y principales propuestas se conserven en el documento programático. Llevar a cabo las líneas de desarrollo anunciadas requiere, por un lado, capacidades de gestión y coordinación que deberán de cumplir los funcionarios del grupo de trabajo de rectoría, por ello la selección que proceda es importante. También requieren financiamiento. Ambos son desafíos que Lomelí deberá enfrentar y resolver desde el inicio de su función.