La Universidad Autónoma de la Ciudad de México fue fundada en abril de 2001 a iniciativa de Andrés Manuel López Obrador, como uno de los primeros proyectos emprendidos por el recién electo jefe de gobierno. La nueva institución daba continuidad al sistema de bachillerato instituido durante la administración de Rosario Robles Berlanga. En efecto, en marzo del 2000 se publicó el decreto de creación del Instituto de Educación Media Superior (IEMS) en que, además de establecerse las bases formales del proyecto, se oficializaba la operación del primero de sus planteles, aquel que, en las instalaciones del antiguo penal femenil de Santa Martha Acatitla (Iztapalapa), había emprendido la impartición de cursos desde 1998.
En su campaña por la jefatura de gobierno, el candidato López Obrador se comprometió a construir quince preparatorias, además de crear una nueva universidad pública que brindara respuesta a la creciente demanda de estudios superiores en la entidad. El proyecto fue encomendado a un grupo de académicos encabezado por el ingeniero Manuel Pérez Rocha quien, además de haber sido Coordinador del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM en 1973, había participado en el diseño del IEMS como titular de la Coordinación de Asuntos Educativos, antecedente remoto de la actual Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México.
Primero se llamó Universidad de la Ciudad de México, con calidad de organismo descentralizado sectorizado en la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno del Distrito Federal, entonces encabezada por Raquel Sosa. La institución obtuvo su autonomía en diciembre de 2004. Desde el arranque del proyecto se confirió el cargo de rector al ingeniero Pérez Rocha, quien duró al frente de la misma durante una década: de 2001 a 2010. La UACM inició actividades docentes en septiembre de 2001, en los primeros dos planteles: uno en el Centro Histórico y otro en la Casa Libertad, adjunto a la preparatoria de Iztapalapa del IEMS. En 2002 se estableció el plantel Del Valle, previsto para el posgrado de la universidad; en 2004 el plantel San Lorenzo Tezonco, en Iztapalapa, y en 2007 el plantel Cuatepec, en la alcaldía Gustavo A. Madero.
Varias innovaciones caracterizaron al proyecto de la UACM. Una de las más notables, que fue objeto de polémica en su momento, fue que la selección de estudiantes procedería a través de un sorteo, evitando con ello las formas meritocráticas de acceso por promedio de estudios previos o por exámenes de admisión, y brindando a los aspirantes la misma probabilidad de inscripción.
El mecanismo de admisión por sorteo se ha mantenido hasta la fecha, aunque coexiste con rutas adicionales: los aspirantes que no consiguen colocación por sorteo tienen oportunidad de inscripción en algunos de los lugares (planteles y carreras) que restan una vez cubierta la primera cuota de admisión; los solicitantes que no consiguen ingresar, ni por la vía aleatoria ni por los lugares vacantes, son asignados a una lista de espera, con la posibilidad de ingresar al año siguiente. En tercer lugar, aproximadamente mil lugares, es decir una quinta parte del cupo de primer ingreso, se destina a egresados de las preparatorias del IEMS, dando preferencia a quienes primero se anotan en el periodo establecido en la convocatoria. Los egresados del IEMS que no consiguen acceso en la modalidad de pase directo, mantienen el derecho de admisión. Por último, se reserva el cinco por ciento de la inscripción a trabajadores de la UACM y a sus familiares por consanguineidad en primer grado, con base en el acuerdo bilateral pactado en el contrato colectivo de trabajo.
La UACM ofreció en 2023 un total de 5,619 lugares en los cinco planteles, de los cuales fueron sorteados 3,068 lugares para 26,905 aspirantes. El resto de la matrícula de primer ingreso se compone por quienes acceden a través de los otros procedimientos reseñados. Ello significa que la probabilidad de ingreso por el mecanismo de sorteo equivale, en la actualidad al quince por ciento, aproximadamente.
Otra innovación relevante en la UACM fue el enfrentar la problemática de la heterogeneidad académica de la población de primer ingreso mediante un examen diagnóstico, derivado del cual se ofrece a los estudiantes un semestre de nivelación para solventar, si se considera necesario, los déficits de conocimiento observados. La oferta académica de la institución consiste en diecinueve licenciaturas, seis maestrías y un doctorado, el de ciencias genómicas. Las carreras y posgrados están organizados a través de tres colegios: el de Humanidades y Ciencias Sociales, el de Ciencia y Tecnología y el de Ciencias y Humanidades, este último con orientación interdisciplinaria. Cada carrera se subdivide en un ciclo básico y uno superior o especializado. Por lo general, los planes de estudio son de cuatro años, subdivididos en periodos semestrales.
A lo largo de su trayectoria, la UACM ha experimentado no pocos eventos conflictivos, algunos de ellos derivados del régimen laboral, otros de disputas políticas por el control de la institución y otros más relacionados con movilizaciones estudiantiles. A pesar de ello, el proyecto ha conseguido sobrevivir y alcanzado un significativo nivel de estabilidad política y académica, así como una creciente presencia dentro del sistema de educación superior del país. En los últimos años, es decir durante el rectorado de Tania Rodríguez Mora, quien acaba de concluir su gestión, se consiguieron importantes logros y fueron resueltos pendientes crónicos.
Los indicadores del Informe de Gestión 2020-2024 dan cuenta de los principales logros y avances conseguidos. Entre ellos destacan los siguientes: a) Se triplicó la titulación y se incrementó el egreso mediante los programas de diplomados y prácticas profesionales establecidos; b) Se consiguió el ingreso a la Anuies, mediante la satisfacción de los requisitos de ingreso; c) La totalidad de los posgrados se integraron al sistema de posgrados de reconocidos por el Conahcyt, lo que implica el otorgamiento de becas a los estudiantes; d) Se emprendió, aun está en proceso, la revisión integral de todos los planes y programas de estudio; e) Se atendieron y solventaron las observaciones de la Auditoría Superior de años atrasados y del periodo de gestión; f) Fue certificado el cumplimiento pleno de las obligaciones de transparencia y protección de datos personales mediante la creación de una Unidad de Transparencia; g) Se diseñó el primer Programa Institucional de Desarrollo de la universidad, lo que permitió una reorganización administrativa de todos los programas presupuestales, así como de las metas institucionales que permitirán un seguimiento, evaluación y mejora continua de la institución; h) Se estabilizó el Fondo de Becas de la universidad, lo que permite asegurar el otorgamiento de aproximadamente tres mil becas al año a estudiantes de licenciatura; i) Se creó el Fondo de Infraestructura, lo que permitirá, en el futuro próximo la mejora de los planteles y equipamiento requeridos por la institución; j) Se establecieron y fueron concursadas más de cuarenta nuevas plazas académicas de tiempo completo, entre otros aspectos.
Uno de los avances sobresalientes está relacionado con el financiamiento de la universidad, problema que, históricamente, ha sido una importante limitante para el desarrollo institucional. En el cuatrienio a cargo de Tania Rodríguez, el subsidio gubernamental para la UACM observó un crecimiento promedio de seis por ciento anual, para alcanzar, en el último año, una cifra superior a mil setecientos millones de pesos. El incremento presupuestal anual superó, considerablemente, al logrado en el conjunto de universidades y otras instituciones públicas de educación superior en el país.
La renovación de la rectoría de la UACM, que ocurrirá próximamente, coincide temporalmente con una nueva presidencia de la República y con una nueva jefatura de gobierno en la Ciudad de México, lo que abre oportunidades para sostener y acelerar el desarrollo de la institución sobre las bases que se han consolidado. Desde luego hay nuevos retos que afrontar, entre ellos mejorar la cooperación y coordinación con las demás instituciones públicas del sistema metropolitano de estudios superiores; fortalecer el nivel de posgrado con la creación de programas de doctorado; explorar posibilidades de educación superior a distancia para ampliar la cobertura; diseñar y poner en operación un programa de internacionalización mediante intercambio académico; terminar la elaboración del marco normativo de la institución; someter a la deliberación de los órganos colegiados opciones para la carrera del personal académico, entre varios más.
En resumen, ojalá que las autoridades de la Federación y de la Ciudad de México presten la debida atención a las posibilidades de fortalecimiento y desarrollo de la UACM.