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Roberto Rodríguez Gómez

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Fuga de cerebros mexicanos, ¿realidad preocupante o mito genial? Quinta parte

Rodríguez-Gómez, R. (abril 23, 2009). Fuga de cerebros mexicanos, ¿realidad preocupante o mito genial? Quinta parte. Suplemento Campus Milenio. Núm. 317 2009-04-23

La semana pasada buscamos precisar algunos datos sobre el tema que nos ocupa. En primer lugar, el número de mexicanos residentes en Estados Unidos que cuenta con educación superior. Con base en la encuesta continua de hogares del censo estadunidense, dimos la cifra de 681 mil 636 individuos, que representa a quienes poseen cualquiera de los siguientes grados: profesional asociado, bachelor, profesional, maestría o doctorado. De ese total, la gran mayoría (81 por ciento) tiene algunos de los dos grados superiores básicos (asociado o bachelor) y el resto (129 mil 728 personas) acredita formación de posgrado.

También hicimos notar que aproximadamente la mitad del segmento con educación superior cuenta ya con el estatus de inmigrante naturalizado, es decir con la ciudadanía estadunidense, proporción muy superior a la del conjunto de los emigrantes mexicanos (25 por ciento, aproximadamente).

En esta entrega nos adentraremos en la estructura ocupacional de la población mexicana emigrante con estudios superiores. Cabe aclarar que tomamos en cuenta únicamente el grupo de población de mayores de 25 años que forman parte de la población ocupada, grupo que asciende a 7 millones 117 mil 953 individuos, y que nos concentramos exclusivamente en el subconjunto que posee alguno de los grados de educación superior. Por lo tanto, quedan fuera de estas observaciones tanto la población con escolaridad básica o media, como también quienes cursaron pero no terminaron los estudios del primer ciclo profesional.

La mayor parte de los emigrantes mexicanos con el grado de “asociado” están ocupados en actividades no profesionales. El 49.6 por ciento de los 193 mil 419 individuos con esa escolaridad trabaja en actividades de los sectores agrícola o manufacturero, o bien en servicios no especializados. El 28.1 por ciento cuenta con trabajos de tipo administrativo o está empleado como vendedor. Esto quiere decir que sólo una quinta parte de los “asociados” ejerce en forma especializada la disciplina en que fue formado.

Similar es el caso de quienes cuentan con el grado de bachelor (290 mil 757 personas), en el cual se mantienen como mayoría las ocupaciones no especializadas y las administrativas. No obstante, también destacan proporciones en torno a 10 por ciento, ya sea en ocupaciones del sector educativo o bien en actividades de rango gerencial.

En los tres grupos restantes, que corresponden a escolaridades de nivel posgrado (profesional, maestría y doctorado), encontramos una mayor coherencia entre formación y ocupación. Así, por ejemplo, entre los que cuentan con el first proffesional degree (la especialidad posterior al grado de bachelor), 16.9 por ciento ejerce como médico y 6.6 por ciento como abogado. Llama la atención, no obstante, que más de una tercera parte de quienes declaran contar con esta formación se ubica en la categoría ocupacional no especializada.

De quienes obtuvieron una maestría, los grupos ocupacionales más representativos están concentrados en el sector educativo (19.4 por ciento), en la gerencia (17.2 por ciento) y en actividades administrativas (23.3 por ciento). También son relevantes las proporciones correspondientes a ingeniería (5.2 por ciento) y finanzas (6.5 por ciento). Por último, en el grupo de doctores destaca, aunque es previsible, 14.1 por ciento del total dedicado a actividades de ciencia y tecnología. Esta proporción se complementa con 25.9 por ciento dedicado a actividades de docencia o investigación en universidades y con proporciones significativas en las ocupaciones correspondientes a ingeniería (4.9 por ciento), medicina (9.5 por ciento), derecho (4.2 por ciento) y gerencia (7.2 por ciento).

Para decirlo en breve, aun para los emigrantes con altos niveles de escolaridad la colocación en el mercado laboral estadunidense en posiciones de ocupación congruentes con el tipo de formación adquirida no parece sencilla. Al contrario, la estadística muestra un importante grado de inconsistencia entre estos dos elementos.

Antes de afirmar algunas conclusiones resta por explorar un ángulo más de la dinámica: aquel que corresponde a la migración de trabajo profesional temporal, el cual habremos de explorar a través de la estadística de visas concedidas en los últimos años a los migrantes mexicanos con un alto nivel de calificación.

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