El próximo 23 de agosto se llevará a cabo la inauguración de la Universiada Nacional 2009 y su clausura está programada para el 10 de septiembre. La sede de este importante encuentro deportivo entre jóvenes estudiantes de distintas universidades del país será la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). La designación de esta universidad como sede de la edición número trece de los Juegos Nacionales Deportivos Universitarios se hizo luego de realizar una supervisión y de que la UAEM adquiriera compromisos sobre los espacios en los cuales ocurrirán las competencias de cada una de las disciplinas. Ajedrez, atletismo, baloncesto, beisbol, futbol rápido, judo, karate y tiro con arco son algunas de las 17 disciplinas que forman parte del repertorio deportivo. Lamentablemente, salta a primera vista que algunas de las instalaciones dispuestas apenas alcanzarán a estar terminadas a tiempo para el evento. Con todo y que el problema de la influenza implicó un retraso de más de tres meses, basta pasear por el campus para darse cuenta de que todavía se están haciendo arreglos básicos para que funcionen adecuadamente.
Y es que en el campus de la UAEM prácticamente hasta ahora están apareciendo instalaciones deportivas. En realidad, resulta urgente que se lleven a cabo acciones integrales de promoción y apoyo al deporte no sólo en la de Morelos, sino en casi todas las universidades del país pues, salvo algunas honrosas excepciones, en México todas las instituciones educativas dedican escasísimos recursos para apoyar el deporte, a pesar de que desde tiempos preplatónicos se ha propugnado y defendido con vigor la necesidad de dar a los jóvenes una educación integral que incluya la educación física y el deporte. Hay que señalar que, desde antaño, se ha tenido conciencia de que tales actividades no solamente se relacionan con el buen desarrollo y la salud del cuerpo, la mente y el alma, sino también con el juego y la diversión. Además, ante los jóvenes que se ejercitan cotidianamente y alcanzan alto rendimiento, se abre la posibilidad de dedicarse profesionalmente al deporte.
Dígase lo que se diga, los jóvenes de hoy no han perdido interés por el deporte y así lo muestra el hecho de que entre los programas transmitidos en medios de comunicación, aquellos que tienen por objeto la información deportiva son a los que la juventud les da mayor seguimiento. En estas condiciones, no cabe duda de que quien está formando en materia de deporte a los mexicanos son precisamente los medios. He aquí un espacio más en donde las enseñanzas de la escuela han sido desplazadas. Y, desde los medios, la línea directriz en torno del deporte es la de formar espectadores -a lo más aficionados-, pero no protagonistas. A los atletas los medios “los descubren” para convertirlos en estrellas.
Como espectadores, los y las jóvenes adquieren el hábito del lamento o de la sobreexaltación ante las cosas que se leen, se escuchan o se ven. Claro está que también se puede señalar con el dedo a los culpables y hacer juicios, recomendaciones y acusaciones que sirven para llenar las conversaciones y las reuniones que se dan en torno del deporte como espectáculo, en las que los patrocinadores logran, y con creces, promover el consumo. Pero aquí no se trata de apoyar a la corriente que ve la relación entre los medios de comunicación y el deporte en el marco del esquema “pan y circo”. Ni tampoco de interpretar los rituales y los símbolos de las culturas populares mediante la mirada de la alienación. De lo que se trata es de llamar la atención acerca del significado que tiene el que los medios de comunicación hayan logrado tener grandes audiencias de jóvenes en torno de los programas deportivos pues, desde mi punto de vista, significa que el deporte sigue resonando entre las demandas e inquietudes de los jóvenes mexicanos de este nuevo siglo. De hecho, a mi entender, el gusto por hacer deporte constituye un rasgo característico de algunas culturas juveniles y constituye la posibilidad de cerrar el distanciamiento y disgusto que hoy existe entre la juventud y la asistencia a la escuela.
Así las cosas, ¡qué bueno que la UAEM aprovechó la oportunidad de ser sede de la Universiada Nacional 2009 para construir instalaciones deportivas en su campus! ¡Felicidades a los jóvenes estudiantes de tantas universidades públicas y privadas que van a participar en esta justa! Sin duda, la cantidad de competidores y el posicionamiento de los mismos en el cuadro de medallas será indicador del impulso que cada institución educativa ha brindado al deporte. Y, por supuesto, esta evaluación no podrá desligarse de las características económicas del alumnado y del presupuesto con que cuentan las universidades y del que destinan a fomentar y apoyar el deporte. Sin embargo, no es necesario esperar los resultados de la Universiada para saber que hoy es urgente que las universidades en México, sobre todo las de carácter público, destinen más recursos al deporte. Así que, una vez más, encontramos una razón para calificar de absurda y poco responsable la propuesta gubernamental de llevar a cabo un recorte presupuestal en las universidades.